viernes, 14 de marzo de 2008

Epílogo

Epílogo


Queridos amigos,

No resulta fácil decir adiós, así que, como tampoco se trata aquí de
despedirse, ni por el fondo ni por las formas, me acogeré a un honesto
aunque dubitativo "hasta cuando sea", confiado en que la imprecisión
del tiempo verbal no nos lleve tampoco demasiado lejos…

Resulta un tanto teatral esto de dirigirme a vosotros en plural y por
escrito. Es un desahogo, entendedlo así, y por supuesto no me exime de
más de una conversación pendiente, y que penderá. Diecisiete años, que
se dice pronto, dan para mucho. ¡Tenía flequillo cuando vine a Aguilar!
En fin, tardará en disolverse el regusto amargo de las formas con las
que he "no-comulgado" en los últimos dos años, pero la saliva hace
milagros, y las nuevas aventuras, bien decentes, en las que ando
embarcado, ayudarán a que en la balanza de ese San Miguel del juicio
final acaben por pesar más los buenos recuerdos que éste postrer.
Justicia histórica no quiero más que esa, bien personal.

Hoy abandono la idea y la congregación, más por la segunda que por la
primera, pero sin remedio dejo las dos. Hasta mediados de 2010, sin
todo va como debe, me tenéis a vuestra disposición junto a las torres
góticas de la catedral de León, sobre unas termas romanas y, de nuevo
aprendiendo, que es lo que nunca hubiera tenido que dejar de hacer.
Antes me queda olvidar, sí, pero ni mucho menos todo, y menos a
vosotros. Si estás leyendo éste escrito, significa que te lo he dado en
mano, y también que una parte de ti se viene conmigo y, si te ha
llegado por un tercero, date por invitado al viaje, que los amigos de
mis amigos son mis amigos. Esto de meterlo en el casi difunto blog no
ha sido idea mía, sino adoptada.

Son tiempos oscuros éstos, aunque los oropeles del presunto bienestar
de algunos pretenda lo contrario. Viene bien recordar el pasado para
adquirir perspectiva, y a ella me acojo para reivindicar los viejos
valores del caballero medieval: honor, valor y lealtad. Y que, en el
campo de batalla, Dios reparta suerte. La misma que ahora os deseo.

Apartando el escudo, daros por abrazados.


José Manuel Rodríguez Montañés

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Mucha suerte Choche, para tus andanzas góticas y para todo lo demás. Ya sabes que te vamos a echar mucho de menos pero ahora que te vas a convertir en el Quasimodo moderno de la catedral de León, sabremos dónde encontrarte, y sabremos que estarás para nosotros cuando te necesitemos.

Un abrazo muy fuerte de Miri.

Anónimo dijo...

Compañero, ánimo y suerte en tu nueva andadura.

Aquí nos quedará tu recuerdo, tu obra y tus palabaras, siempre sabias.

Salud!

Anónimo dijo...

"Si me preguntáis de dónde vengo tengo que conversar con
cosas rotas,
con utensilios demasiado amargos,
con grandes bestias a menudo podridas
y con mi acongojado corazón."
Pablo Neruda
No hay olvido (Sonata)

Que nunca te de miedo ser tan pulento entre tanto julero.

Pedro.

Anónimo dijo...

Mil gracias por todo, Jose, infinita suerte en tu nueva andadura y hasta muy pronto (has sido, eres y seguirás siendo parte del departamento).

Carmen.

Anónimo dijo...

"¿Quién hace al tuerto galán
y prudente al sin consejo?
¿Quién al avariento viejo
le sirve de Río Jordán?
¿Quién hace de piedras pan,
sin ser el Dios verdadero?:"

Quevedo dixit.

Suerte en tu nueva andadura, compañero.
Jesús Allende

Anónimo dijo...

epílogo.
(Del lat. epilŏgus, y este del gr. ἐπίλογος).
m. Última parte de algunas obras, desligada en cierto modo de las anteriores, y en la cual se representa una acción o se refieren sucesos que son consecuencia de la acción principal o están relacionados con ella.

Anónimo dijo...

No te deseo suerte pues ya la has encontrado. Y la suerte ha sido mía al conocerte.

Vicente

Anónimo dijo...

Oye, sois un hatajo de mamones... Me habéis hecho llorar, y mira que tampoco es tan fácil... Pero es que entre Neruda, Quevedo y el diccionario, me he emocionado.

Muchas gracias por vuestras palabras, lo digo de corazón. Lo reflejaba en el "epílogo" y lo repito ahora. NO es, en ningún caso, una despedida de vosotros. Al final, lo importante, lo que queda cuando el resto se tambalea o se olvida, es la gente, y lo que de ella hemos aprendido y compartido. Con vosotros he hecho ambas cosas, no tanto como hubiera querido por "las circunstancias", pero lo suficiente como para que hoy, volviendo a mi gótico, por esa autovía plagada de hombres de coche blanco y verde (aviso para cuando vengáis a verme), me invadiese cierta congoja.

Vencida ésta, no va a pasar tanto tiempo hasta que nos volvamos a ver. Es promesa.

Muchos besos y abrazos a tod@s, y gracias por ser de una pieza.

José Manuel

Anónimo dijo...

Me gusta el disgusto de los malignos
cuando no consiguen envenenar al otro
o no logran vender
sus mentiras de credito

el modo mas tranquilo de defendernos
es estar seguros de quienes somos
convivir con la pena insobornable
no encandilarnos con las profecias
y sobre todo descubrir
los secretos del antes
para que nos sirvan de algo
en el despues.


muchas gracias JM de todo corazón.

elena

Anónimo dijo...

Ojalá que tuviera algo poético que decir pero no se me ocurre nada. Solo te digo que gracias por tus conocimientos, ayuda y amistad.
JENNI

Anónimo dijo...

Gracias y sé feliz.

Lourdes Montero

Unknown dijo...

Mira! ya tenemos una excusa para ir a León de pinchos y refrescarnos los gaznates....un momento!! creo que eso ya lo he vivido antes...mmmm....

Jejeje...ahora en serio. Ten seguro que se te va echar mucho de menos, siempre has estado ahí cuando te hemos necesitado y has demostrado tener un corazón enorme.
Te vas, pero la maleta que te llevas es muchisimo más grande que la que tenías cuando viniste, porque te llevas entre otras muchas cosas un monton enorme de AMIGOS.

Suerte!!!

Guille

Anónimo dijo...

No voy a decir nada asi de bonito pero no por ello se te añora menos.

Aun soñamos en esa musica ochentera, gracias "LEONÉS".

El melenas de León.